Por Mario Luis Ramos Rocha
Aguascalientes, Ags. 8 de julio 2024.- El zafarrancho, los gritos, las agresiones, vidrios rotos y lloriqueos al interior del Partido Revolucionario Institucional nada tienen que ver con la lucha por la democracia o el amor por su partido. Quienes hoy gritan tuvieron su oportunidad y nada hicieron por los ideales que hoy dicen enarbolar. Los dedos de una mano sobran para enumerar casos de compromiso partidista y con la República.
Por el contrario, aquellos que se rasgan las vestiduras, con posibilidades casi nulas de un cargo, en realidad lloran por el control de las migajas. Igual que ocurrió en Aguascalientes.
Según el Instituto Nacional Electoral, solo en 2024, al PRI le correspondieron un total de mil 902 millones 967 mil 236 pesos, entre actividades ordinarias, gastos de campaña, actividades específicas, recursos para el liderazgo político de las mujeres y dos extraños conceptos denominados franquicia postal y franquicia telegráfica.
A la fecha la dirigencia nacional tricolor tiene una deuda que ronda los 200 millones de pesos y a finales del año pasado se dio a conocer la contratación de un endeudamiento hipotecario por 140 millones de pesos, por supuesto, con la garantía de sus edificios en la Ciudad de México.
Por cierto, en Aguascalientes Kéndor Macías tiene control este año de 98 millones 124 mil 071 pesos y ya no tiene la propiedad del edificio de López Mateos y según dichos del propio Alito, buscarían otra sede para rentar o, en su defecto hacerse de un terrenito para construir.
A como van las cosas y con un éxodo de priístas a las filas de Morena, al interior del PRI persiste la lucha fraticida por ver quien se queda con las migajas de las prerrogativas y plurinominales que les corresponderán hasta el cercano tiempo en que pierdan el registro, y para ello no pasarán muchos años.
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