* Dureza de corazón de parejas se cierran la vida y se cierran a la procreación
* Medios de comunicación sin escrúpulos destruyen valores esenciales de la vida humana y de la sociedad
* Hoy se llama matrimonio a uniones antinaturales y los gobernantes permiten la cultura de muerte en nuestra sociedad
* Matrimonios cristianos, tengan hijos, ábranse a la vida
* Parejas hoy no se casan ni por el civil ni por la Iglesia
Por Mario Luis Ramos Rocha
Aguascalientes, Ags. 6 de octubre 2024.- La dureza de corazón en la humanidad ha creado una sociedad ciega que esgrime argumentos de pretendida libertad y autodeterminación que solo encierran ideologías materialistas y hedonistas que atentan contra los valores sagrados del matrimonio, de la familia y de la familia, argumentando conquistas de libertad que en realidad son un engaño, estableció el Obispo Juan Espinoza Jiménez.
Durante la Homilía de la Misa Dominical que presidió hoy en la Catedral Basílica de Aguascalientes, el Pastor de la Diócesis acusó la existencia de dureza de corazón en parejas que bajo pretexto de vivir mejor se cierran a la vida y a la procreación.
La misma dureza en su corazón asoma en quienes viven en unión libre o ven en la separación la solución fácil a los problemas y esa dureza de corazón también existe en los medios de comunicación que, sin escrúpulos y por intereses económicos, destruyen los valores esenciales de la vida humana y de la sociedad.
También en quienes generan confusión, llamando matrimonio a uniones antinaturales, de hombre con hombre o mujer con mujer, así como entre los gobernantes que permiten una cultura de muerte en la sociedad y cuando los creyentes no somos capaces de testimoniar las enseñanzas de Jesús y expresar con firmeza nuestras convicciones.
Lamentó que hoy en nuestra sociedad se busque cualquier pretexto para separarse y que el adulterio se pretenda normalizar a tal grado que Aguascalientes tenga uno de los niveles mas altos de infidelidad.
Hoy los jóvenes, dijo, ya no se quieren casar ni al civil ni por la Iglesia, a tal grado que cada día son menos aquellos que se acercan a recibir este Sacramento.
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