Muy buenos días mi querida familia.
Por el P Gandhi.
Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo.
Ultimo domingo del tiempo ordinario. Juan 18, 33-37.
Vivimos momentos históricos que no favorecen a poner a Cristo en el centro de nuestra vida, la llamada vida del bienestar sube cada vez más de volumen, mientras las voces del evangelio se silencian.
Se tiende a descuidar todo aquello que no forma parte de los modelos de vida moderna, destinados especialmente sobre las generaciones más jóvenes, que son las más frágiles frente al cambio cultural en curso. Lo que es desagradable y provoca sufrimiento al hombre se pone entre paréntesis, mientras que las cualidades físicas y económicas se exaltan, como si fueran la principal meta alcanzar.
La realidad virtual se apodera de la vida real, y los dos mundos se confunden cada vez más fácilmente. Se ha perdido el silencio, la reflexión, la meditación, la capacidad de asombro dando paso a una cultura del bienestar, y del
consumismo haciendo un lado a Cristo como centro de nuestra historia.
El hombre ha olvidado que nada es para siempre y que en Cristo puede encontrar el verdadero sentido de trascendencia humana, que da valor a la vida. Que hay una vida después de esta. Vida que Cristo ofrece a la humanidad. «Yo soy el camino, la verdad y la vida».
No dejemos que las prisas cotidianas de la vida se apoderen de nosotros, que el individualismo exacerbado nos hagan indiferente ante las necesidades del hermano, que el relativismo nos haga perder el sentido de pecado. Que el hacer y el tener no se impongan ante el Ser.
Hagamos de Cristo el centro de nuestra historia, sólo en él encontraremos la esperanza de una vida eterna, porque la esperanza no defrauda. Seamos cada uno de nosotro signo de esperanza en una sociedad que cada vez más se aleja de Dios.
Que en cada una de nuestras familias, que en cada uno de los rincones de nuestra vida cotidiana, resuene la presencia de Dios. Que nuestra manera de vivir, de actuar, de amar y respetar la vida de los demás nuestre que Cristo es nuestro Rey.
¿Es Cristo para mí el centro de mi vida?. ¿Pongo en él mi confianza?. ¿El es mi fortaleza y mi esperanza?.
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